Historia

UNA VISIÓN PERSONAL

En 1992, mi hijo mayor cursó el Pre-Kinder de una escuelita de nuestra querida Machala. Cada día que iba y venía de allí, yo evaluaba cada aspecto, pues tenía los fundamentos necesarios para hacerlo; en ese entonces ya ostentaba el título de Profesora Parvularia, estaba terminando mi tesis para la Licenciatura en Ciencias de la Educación y a ello se sumaban las visitas y observaciones que tuve la bendición de poder realizar a jardines y escuelas de otros países.

Así supe que mis aspiraciones iban mucho más allá de lo que veía en el ambiente de enseñanza que mi hijo y sus compañeritos recibían. Me fijé, entonces, una de mis mayores metas: fundar una escuela que llene las expectativas de adelanto y prosperidad de mi provincia para ponernos al nivel de las mejores escuelas del país.

Desde el inicio estuve convencida de que nada de esto sería posible sin la bendición de Dios. Una cita bíblica dice: “Si Dios no construye el templo, en vano sirve que trabajen los constructores”. Puse en manos de Dios mi proyecto.

Año 1993
Año 1993, una de las primeras promociones de la UESMA.

UNA AYUDA DEL CIELO

Un proyecto así necesitaba de fondos e inversión para empezar, y sabía que tenía en mi padre a un hombre siempre dispuesto a brindarme su apoyo. Acudí a él con mi idea y con la petición de su ayuda económica. Me pidió que tuviera paciencia, pues me ayudaría tan pronto como fuera posible. Entonces le prometí a Dios no insistirle más a mi papá, y prometí que esperaría una respuesta positiva de su parte; esa sería la señal que Dios me daría para construir un centro de estudios.

Sin embargo, alentada por mi familia, volví a insistirle a mi padre, y me dijo con palabras firmes pero llenas de amor: “Apenas yo pueda, la ayudo”. Con lágrimas, y con mucha tristeza y arrepentimiento le pedí perdón a Dios por haber roto mi promesa; pero al poco tiempo, mientras comentaba lo ocurrido, me llevé una grata sorpresa. De repente llegó mi papá, y nos sorprendió al decir: “Hijita, llame al ingeniero para iniciar la obra”.

Año 1994
Año 1994, carro alegórico del Santa María.

EL COMIENZO DE UN SUEÑO

“Santa María” era el nombre que con claridad mostraba la identidad de una institución que tiene como misión primaria la formación integral de sus estudiantes, con un modelo de sabia decisión, disponibilidad, apertura, comprensión, apoyo, ternura, servicio y fundamentalmente su fe y confianza en el Proyecto de Dios; consideré entonces que María Santísima, maestra por excelencia, con su silencioso acompañamiento proporcionaría a todos quienes integramos la UESMA este crecimiento.

El viernes 17 de abril de 1993 se hizo realidad este sueño que siempre estuvo en manos de Dios, y con su bendición, por medio del Obispo de nuestra diócesis, la presencia de autoridades educativas y civiles, padres de familia y pequeños estudiantes se inauguró entonces el Centro Educativo Santa María.

Así, desde 1993, junto a un gran grupo de personas valiosas y capaces, me he propuesto poner al servicio de la comunidad orense un espacio de formación integral cuya base esencial sean los valores cristianos. Siempre bajo la bendición de nuestro buen Dios, hemos tenido la fortuna de poder crecer y expandirnos, y continuamos haciéndolo siempre en pos de la excelencia y con el afán de brindar una educación de calidad.

Mucho ha cambiado desde que iniciamos con cuatro pequeñas aulas en las calles Junín y Bolívar, y mucho cambiará en el futuro. Estoy segura de que con esfuerzo y con la ayuda del Señor, todo lo que me proponga en su nombre y para el beneficio de nuestros amados niños y adolescentes, será puesto en marcha con presteza, siempre actuando con un espíritu de servicio que pone en práctica aquella frase que nos dejó Jesús, y que ejemplifica en pocas palabras lo que conlleva ser un cristiano: “No existe amor más grande que entregar la vida por los amigos”.

Zaida FadulRectora
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